Integralidad: doble moral en aulas cubanas
En el intento de crear el hombre nuevo el sistema educacional cubano ha 
enarbolado por décadas el principio de la integralidad, otra arista de 
la doble moral que en este caso garantizaría una oportunidad laboral 
privilegiada.
Lizandra Díaz Blanco / martinoticias.com  14 de diciembre de 2011
En el intento de crear el hombre nuevo el sistema educacional cubano ha 
enarbolado por décadas el principio de la integralidad, otra arista de 
la doble moral que en este caso garantizaría una oportunidad laboral 
privilegiada.
Participar en los juegos deportivos universitarios, actuar en los 
festivales de artistas aficionados, y manifestar el apoyo incondicional 
al régimen, son algunas de las exigencias para ser un estudiante 
integral. Cada cierto tiempo el grupo de alumnos tiene que reunirse y 
evaluarse mutuamente, incluso hay casos en los que se asigna una nota.
Eliécer Ávila, graduado en la Universidad de Ciencias Informáticas, hoy 
residente en Las Tunas, aclara que para resultar integral es importante 
el rendimiento académico, pero "tiene un peso muy importante todo lo que 
se refiere al aspecto político y la participación en todas las 
convocatorias de masas. Cualquier tema que tenga que ver con la 
convocatoria oficial tiene un peso enorme, así como los criterios que se 
expresan o pertenecer o no  a la UJC (Unión de Jóvenes Comunistas)."
"Ser integral – continúa Henry Constantín-  es ser de todo un poco, lo 
mismo hay que participar en los primeros de mayo, desfiles, tribunas 
abiertas, trabajos voluntarios, brigadas de distribución de bombillos, 
Brigadas Estudiantiles de Trabajo, inclusive hay que estar dispuesto a 
participar y a participar, de hecho, en actos de repudio a opositores. 
Hay muchachos que han perdido la integralidad por negarse a participar 
en actos de repudio."
Constantín ha estudiando en tres universidades de la isla: Santiago de 
Cuba, Santa Clara, y El Instituto Superior de Arte en La Habana, y en su 
experiencia el rigor en las reuniones de integralidad varía de un centro 
de estudios a otro según "la furia del momento", y asegura que "como 
todo en este país la exigencia política se está desmoronando."
De acuerdo con lo vivido por Ávila ser catalogado como estudiante 
integral es fundamental. "Yo presencié análisis sobre estudiantes que 
por ejemplo habían tenido dificultades en el aspecto docente, sin 
embargo eran artistas aficionados que 'habían sacado la cara' por la 
universidad y eran deportistas que siempre cogían medallas en los juegos 
universitarios o eran activistas políticos muy dispuestos y estos 
aspectos los salvaban e incluso los ponían por encima de otros, que 
tenían más meritos docentes."
La principal motivación de los estudiantes que intentan ser de todo un 
poco es recibir una buena ubicación laboral una vez graduados, pero la 
realidad prueba lo contrario.
"Más que la integralidad lo que ayuda a salir adelante son las 
relaciones. Pero en algunos casos influye y determina, por ejemplo un 
estudiante de periodismo que no sea integral está 'embarca'o'; el médico 
si no es integral no podrá poner un pie nunca en una misión 
internacionalista," asegura Constantín.
Incluso la posición oficial sobre el tema, en palabras del responsable 
de docencia en la Federación Estudiantil Universitaria, Leonardo 
Domínguez Martín, publicada en la revista universitaria Alma Mater,  es 
clara: "el estímulo moral deviene mayor recompensa a quienes se les 
considera integrales. La integralidad no se debe asociar con la 
ubicación laboral. No se puede pensar o aspirar a la integralidad para 
obtener una buena ubicación. Después de la universidad ocuparemos el 
puesto donde la revolución nos considere más útiles."
"La aspiración de por sí ya entra en un problema de inexistencia: 
aspirar a que todo el mundo pueda manifestarse exitosamente en todas las 
esferas que tiene que ver con un estudiantes es una aspiración idílica, 
porque usted no puede ser bueno en todo. Yo siempre he creído que usted 
  para ser bueno en algo debe dedicarle la mayor parte de su tiempo, 
practicarlo mucho y disfrutarlo," comenta el joven tunero sobre la 
aspiración de los múltiples talentos.
El recién graduado Reynaldo Adriles opina que convertir el desarrollo 
integral de un joven en una obligación es  "ante todo un intento de 
crear un tipo de persona que no es real. Y es algo errado en el sentido 
de que pretenden  tratar de desarrollar a todos en los mismo carriles y 
no creo que haya dado tan buenos resultados, porque se han perdido 
excelentes estudiantes tratando de que sean un abanico cuando ellos 
pueden ser una espada."
http://www.martinoticias.com/noticias/cosa-135578818.html