lunes, 23 de mayo de 2011

Hijo de disidente

Represión

Hijo de disidente
Luis Felipe Rojas
Holguín 23-05-2011 - 11:28 am.

Mientras el régimen afirma que no permite la discriminación, niños y
adolescentes hijos de opositores sufren acoso y ven truncado su futuro.

Todos los días el régimen de La Habana se las ve más que negras para
justificar las atrocidades de sus guardianes. Dos muertes devastadoras
para su imagen en solo un año (Zapata y Soto García) y la repercusión
mundial que tuvieron han puesto al Gobierno a dar explicaciones al mundo.

Las golpizas públicas a las Damas de Blanco hace unos meses aparecen
como lunares en ese mapa de tranquilidad que todavía se empeñan en
pintar sobre el último reducto del socialismo tropical.

A pesar de que las autoridades afirman cumplir estrictamente sus medidas
contra la discriminación por motivos de raza, religión o forma de
pensar, denuncias de acoso a hijos de disidentes en las escuelas dicen
lo contrario.

Una sola doctrina

En abril pasado, el hijo de una periodista independiente del municipio
habanero de Regla fue insultado por su maestra debido a la posición
contestataria de su progenitora. En el mismo caso se encuentran varios
disidentes y sus hijos en la región oriental de la Isla, consultados por
DIARIO DE CUBA.

Martha Díaz Rondón vio hace tres años tronchado el futuro de su hijo
José Antonio Verdecia Díaz, quien no pudo continuar sus estudios de
preuniversitario. "La dirección de Educación municipal no quiso
otorgarle la beca para un instituto politécnico. Él tenía mejor posición
en el escalafón y pusieron a otro niño, y eso lo hicieron porque yo soy
una conocida defensora de los derechos humanos aquí, en Banes
(Holguín)", dijo Díaz Rondón, activista de la opositora Alianza
Democrática Oriental.

Yakelín García Jáenz, disidente en Bayamo, provincia Granma, y esposa
del preso político Ariel Arzuaga Peña, relató que su hijo de ocho años
comenzó a ser agresivo y reacio a relacionarse con los demás niños de su
escuela.

"Todo fue después del acto de repudio aquí, en la casa, el 23 de febrero
pasado", afirmó García Jáenz. "Después del arresto y el acto de repudio
contra nosotros, los niños del barrio dejaron de jugar con él, lo
evitaban a cada instante y eso no sale voluntariamente de la cabeza de
un niño. Ahora lo he llevado al psiquiatra infantil, ha mejorado algo,
pero el daño está hecho ya".

Otro tanto sucede con las hijas de Delmides Fidalgo López, un pastor
evangélico independiente.

Fidalgo López, que reside en el municipio Buenaventura, en Holguín, dijo
que ve "con desagrado e impotencia" como a sus dos niñas pequeñas las
llaman "las hijas del gusano, del contrarrevolucionario".

Según el pastor, sus hijas han perdido entusiasmo por la escuela y, en
cierta medida, han sido obligadas a ser las "diferentes", por la actitud
antigubernamental de su padre.

En todos los casos, los padres ven con indignación e impotencia la
propaganda sobre la educación infantil. El periódico Granma "dice lo
contrario" de lo que ocurre, afirmó Díaz Rondón.

La norma y las consecuencias

Las reuniones de "emulación socialista", los avales de estudiantes
destacados o cumplidores y otras etiquetas fuerzan a los niños a una
competencia en la que los hijos de padres discrepantes con el proceso
político e ideológico llevan las de perder.

Raudel Ávila Lozada, vicecoordinador nacional del Presidio Político
Pedro Luis Boitel y residente en Palma Soriano contó las presiones sobre
su hijo, un estudiante universitario.

"En una asamblea para discutir los Lineamientos de la Política
Económica, mi hijo, que estudia Cultura Física, opinó que no veía bien
la política de despidos y, cuando preguntó si podía continuar su
exposición, algunos del claustro de profesores le dijeron que en Cuba
había libertad de expresión, que claro que podía continuar", relató
Ávila Losada.

"Mi hijo les contestó que no era cierto, que su padre es un perseguido
político por ese motivo, por la opinión. Desde entonces ha tenido
problemas con sus evaluaciones; su madre y yo visitamos ya la
universidad para quejarnos y han frenado un poco, pero sabemos que lo
tienen en la mirilla", lamentó.

Las gestiones de Martha Díaz Rondón por su hijo, sin embargo, han
llegado a ninguna parte.

"La dirección de Educación me hizo mil promesas, pero pasó el tiempo y
mi hijo quedó sin posibilidad incluso de ingresar al preuniversitario;
ya estaba fuera del escalafón general, y la única verdad es que el
tiempo ha pasado y nada resolvimos con quejas que se quedaron en la
misma escuela", aseveró.

Las presiones sobre los niños y adolescentes hijos de opositores para
que entren en el "molde" oficial son habituales: "A las mías las
amenazaron con tirarlas al río, ya que hay uno cerca de la escuela. La
más grande, que concluyó la secundaria, no quiso becarse. Había sido
sometida a un interrogatorio en la misma escuela por parte de un oficial
de Seguridad en el año 2007", aseguró Fidalgo López.

Los consultados para este reporte y otros más, afirmaron de manera
categórica que con las autoridades escolares, controladas por el Partido
Comunista, no hay posibilidad de entendimiento ni resolución de
dificultades.

"No pasa nada, aunque les pongas una demanda (…) En la escuela son
inflexibles con los hijos de los que pensamos diferentes, ¿para qué te
vas a quejar?", coincidieron Ávila Lozada y Díaz Rondón.

http://www.diariodecuba.com/derechos-humanos/4877-hijo-de-disidente

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