viernes, 3 de julio de 2015

En qué pararon las escuelas en el campo?

¿En qué pararon las escuelas en el campo?
La revolución en la educación, como el café caturra del Cordón de La
Habana, la Zafra de los Diez Millones y los terneros en pastillitas, fue
otra de las tantas locuras ideadas Fidel Castro
jueves, julio 2, 2015 | Paulino Alfonso

LA HABANA, Cuba. -La revolución en la educación, como el café caturra
del Cordón de La Habana, la Zafra de los Diez Millones y los terneros en
pastillitas, fue otra de las tantas locuras ideadas Fidel Castro.

La primera escuela en el campo, la famosa Ceiba Uno, se construyó en
Ceiba del Agua, cerca de lo que, según Fidel Castro, sería un cultivo
citrícola que produciría mucho más que Israel

Fidel Castro personalmente, diseñó en parte los proyectos de esa
escuela, ayudado, entre otros, por las arquitectas Josefina Rebellón,
Gina Rey y el ingeniero Max Isoba.

Este proyecto se habilitó de increíbles condiciones materiales, que iban
desde una alimentación excelente, un vestuario exclusivo, un selecto
claustro de profesores y personal de servicios y hasta un hospital de
diez camas, que contaba con ambulancias para el traslado de los
pacientes que no se pudieran atender en el centro.

Una vez terminada, la escuela fue motivo de orgullo para Fidel, quien la
mostraba a los pocos visitantes que por entonces viajaban a Cuba.

Pero llegó 1970 y con el fracaso de la gran zafra, este programa, como
otros muchos, fue cancelado por ser poco práctico por los austeros
interventores soviéticos.

Solo gracias a la gestión personal de Castro ante los soviéticos, este
programa se salvó de su cancelación, y con recortes en los gastos
faraónicos, fue autorizado.

Fue el comienzo de uno de los más costosos disparates del socialismo
real castrista.

En aras de no abrumar al lector con cifras, solo citaré las más
relevantes y que solamente que fueron del conocimiento exclusivo del
Partido Comunista, 20 años después, durante el IV Congreso.

La más impactante, el consumo de casi 10 millones de toneladas de
cemento, la mitad de ellas desviadas de los convenios militares con los
rusos, habida cuenta de la Guerra Fría.

Otra fue el enorme gasto de combustible incurrido, no solo en la
construcción de la escuela, sino además por los casi 2000 ómnibus rusos
PAZ 652, que ensamblaron en Cuba bajo el nombre de Girón, para
transportar semanalmente a los estudiantes a sus hogares y viceversa.
Según el informe al IV Congreso del PCC, durante todo ese periodo y solo
para esos menesteres, se consumieron no menos de 15 millones de
toneladas de la cuota petrolera que por entonces la URSS suministraba a
Cuba.

De igual forma, se afectaron las importaciones de alimentos provenientes
del bloque soviético, en no menos de 16 millones de toneladas.

Durante su época dorada, se construyeron 535 escuelas en el campo, de
las cuales 40 fueron destinadas a estudiantes de países del Tercer mundo.

En el caso de los estudiantes musulmanes de estas escuelas (palestinos,
saharauis, etc.), tenían hasta una dieta acorde a su religión.

Todo esto duró por 19 años, con intermitencias cada vez más acuciantes,
hasta la llegada de Mijaíl Gorbachov, la Perestroika y la posterior
desintegración de la URSS. Lo demás es conocido.

Los padres vieron horrorizados cómo las escuelas del hombre nuevo se
convertían en antros de delincuencia, drogadicción y prostitución, lo
que hizo que retiraran a sus hijos con el fin de salvarlos.

Por entonces, en varias de las escuelas internacionalistas hubo motines
que fueron reprimidos bestialmente, lo que hizo que muchos gobiernos
africanos retiraran a sus nacionales de Cuba.

Poco a poco, casi todas las escuelas en el campo se abandonaron, y se
convirtieron, en refugio de marginales y delincuentes, quienes vendían
todo lo que quedaba de estas.

Como solución al acuciante problema de la vivienda, el gobierno de Raúl
Castro encontró una solución al rehabilitar un número de estas escuelas
en edificios de apartamentos para los campesinos, que se comprometen a
repararlas y garantizar la fuerza de trabajo agrícola.

Unas cuantas más se han dedicado a viviendas para los miles de
damnificados de los ciclones y los derrumbes, muchos de los cuales
llevaban hasta 25 años albergados en infrahumanas condiciones.

Decenas de estas escuelas se convirtieron en cárceles o vivacs
municipales para aliviar en algo la sobrepoblación penal.

Incluso recientemente, se habilitaron varias de estas escuelas -de forma
gratuita, claro- con mejor diseño, para uso de la inteligencia rusa, en
tareas de escucha electrónica.

Solo las escuelas más arruinadas, quedaron con sus esqueletos de
hormigón como mudos testigos de la época donde casi todos creíamos en
todo lo que se le ocurría al Máximo Líder y se cantaba, con lagrimas en
los ojos, a coro con Silvio Rodríguez: "Esta es la nueva casa, esta la
nueva escuela, conjuro de nueva raza…"

palest44@gmail.com

Source: ¿En qué pararon las escuelas en el campo? | Cubanet -
http://www.cubanet.org/actualidad-destacados/en-que-pararon-las-escuelas-en-el-campo/

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