viernes, 6 de junio de 2014

Razones para no escoger

Razones para no escoger
LOURDES GÓMEZ | Santiago de Cuba | 6 Jun 2014 - 10:46 am.

Ahora promueven la figura del obrero calificado. ¿Qué les espera a los
jóvenes en esos estudios politécnicos y después de graduarse?

A raíz de los cambios económicos propiciados por el Gobierno, las
políticas de las carreras ofertadas en los centros de enseñanza media
han cambiado, de la apología de un país lleno de profesionales
universitarios, tanto tiempo incentivada por Fidel Castro, a la
promoción del obrero calificado.

El bombardeo mediático y las facilidades dadas para la entrada a la
enseñanza universitaria crearon durante mucho tiempo extensos prejuicios
en la conciencia colectiva del cubano acerca del estudio de un oficio.
La carrera de obrero calificado era la última carta de la baraja que un
padre quería para sus hijos, y solo era acogida por aquellos estudiantes
con bajos rendimientos, serios problemas de conducta o disfunciones
familiares.

Pero las nuevas realidades económicas que vive Cuba han obligado al
Gobierno ha replanificar las ofertas de carreras. Ahora, pensando como
el país subdesarrollado que somos, con una industria de tecnología
obsoleta necesitada de inversión, la opción privada ha resultado ser uno
de sus medios y, por ende, los oficios son ahora ponderados como
posibilidades.

El problema es que ni jóvenes ni padres lo quieren. Principalmente, por
dos razones: la falta de garantías laborales y reconocimiento social del
obrero, y la insuficiencia en la formación politécnica que reciben, pues
las escuelas no tienen suficientes recursos materiales.

Crear un buen obrero lleva tiempo. En la mayoría de los casos, la
pericia en el oficio lo da la ayudantía, y el insertar a los jóvenes en
un taller desde tempranas edades y tener un maestro o tutor ha sido a lo
largo de los siglos el mejor método. Lo cual es un hecho demostrado en
la tradición de los negocios familiares, truncos en Cuba por 50 años de
control económico comunista.

Por eso, pretender que estos muchachos estén capacitados para ejercer un
oficio por cuentapropia en un año y medio, es una falacia del sistema
educacional y un engaño para estudiantes y padres.

A aquellos jóvenes que terminan el noveno grado en el presente curso
escolar, sin opciones de entrar al preuniversitario, se le brindan una
serie de carreras que les permitiría ganarse la vida honradamente en
cualquier lugar del mundo, si al final pudieran ejercerla. Pero en Cuba
mecánicos, electricistas, carpinteros, ebanistas y chapisteros se
convierten al graduarse en simples buscavidas.

Manuel, de 18 años, se graduó de chapistería hace un año en la Escuela
de Artes y Oficios de Santiago de Cuba, y desde entonces engrosa la
lista del desempleo juvenil y se busca la vida vendiendo alcohol.

Al preguntarle porque no pone un negocio contesta: "No tengo el dinero
para invertir y mis padres tampoco". Sin embargo, lo más triste es que
aunque lo tuviera no podría hacerlo, porque "en la escuela no me
enseñaron nada, no sé cómo arreglar una abolladura o reemplazar un
pedazo de metal dañado; yo creo que la escuela fue un pretexto para
mantenernos entretenidos; de mi graduación ninguno trabaja en lo que
estudió".

Las pocas ofertas laborales del Ministerio de Trabajo y las que salen en
el semanario local Sierra Maestra están dirigidas a personal con cuatro
o más años de experiencia. Incluso se vuelve a emplear a los jubilados,
pues muchas empresas no encuentran el personal adecuado para sustituirlos.

José Miguel, de 16 años, estudia el primer año de mecánico reparador de
hornos y calderas en el politécnico Pepito Tey. La realidad es que al
cabo de un año ni siquiera ha tocado una caldera o un horno, y él
reporta que la escuela no tiene los materiales ni instrumentos y que en
"la asignatura de taller nos ponen a chapear, que lo deben hacer los que
estudian jardinería, que ni siquiera se aparecen mucho por la escuela".

Muchos padres están conscientes de la situación, pero no les quedan
opciones. Peor es que los jóvenes estén en la calle sin hacer nada, con
las consecuencias delictivas que podría generar esto.

Norma, madre de un chico que termina el noveno grado lo sabe muy bien.
"Mi hijo mayor tiene 20 años y ahí está en la calle: estudió
Bibliotecología que no le sirve de nada. Este otro pidió Tecnología de
los Alimentos, vamos a ver si se la dan, quizás lo pueda enganchar en
algún comedor obrero o alguna cafetería que abren a cada rato".

Un profesor del politécnico Julius Fucik que quiso mantener el anonimato
comenta acerca de estos jóvenes: "Todos estamos conscientes de que es
muy difícil que trabajen de lo que se gradúan. Aquí el objetivo es
mantenerlos ocupados hasta los 18 años, así que no somos tan exigentes
como en los preuniversitarios. Con que asistan regularmente es
suficiente… Cuando formábamos técnicos medios durante cuatro años, la
cosa era diferente".

Mientras la televisión cubana trata de cambiar el menosprecio por el
obrero calificado idealizando las potencialidades que los oficios
brindan a los jóvenes con programas como "Razones para escoger", las
filas del desempleo juvenil en Cuba aumentan con cada término del curso
escolar. Y estas son estadísticas que el Gobierno se empeña en ignorar.

Source: Razones para no escoger | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cuba/1401998214_8912.html

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