martes, 11 de marzo de 2014

Lo que Cuba no dice

EDUCACIÓN SUPERIOR

Lo que Cuba no dice
ORLANDO DELGADO | La Habana | 11 Mar 2014 - 9:35 am

La sección reporteril del noticiero de televisión dedica su último
programa a las universidades nacionales. Pero se queda en la superficie.

Cuba dice, la sección reporteril del noticiero estelar de la televisión
estatal, ha dedicado su último programa a las universidades nacionales.

Como siempre ocurre con el chato periodismo oficial, el programa dejó
entrever alguna que otra dificultad: el mal estado de las edificaciones,
la mala alimentación para los becarios, la falta de computadoras en los
laboratorios, la merma en la calidad de la docencia, etc. Por supuesto,
no faltó —para calzar las tímidas críticas el gastado discurso de
siempre— la mención de que el Estado dedica un 10% de su menguado
presupuesto anual a asegurar la educación superior.

Los periodistas de Cuba dice no mostraron a ningún estudiante pidiendo
una mayor expansión del uso y velocidad de internet. Tampoco se
refirieron a las grandes carencias de bibliografía actualizada, ni a la
imposibilidad para la inmensa mayoría de los estudiantes de obtener
becas en otros países. Por supuesto, el rígido patrón ideológico que
caracteriza a todos los estratos de la sociedad, del cual la universidad
no está exenta, no mereció ni el más leve comentario.

La Universidad de La Habana —de un gran prestigio a nivel continental en
décadas pasadas— ha ido cediendo peldaños de forma acelerada. Basta ver
el aspecto ruinoso de muchas de sus Facultades, el deplorable estado de
su Estadio Universitario, las restricciones para conectarse a internet y
las pésimas condiciones de mantenimiento de sus fondos bibliográficos
para asegurar que ocupa un lugar bien rezagado con respecto a otros
centros de estudio de la región.

En la actualidad, por ejemplo, la Facultad de Comunicación, donde se
estudian tres carreras —Periodismo, Comunicación Social y
Bibliotecología—, no posee biblioteca. Desde que hace tres años se
mudara al lugar donde antiguamente estaban las rotativas de la revista
Bohemia, los libros permanecen en cajas, a la espera de que se habilite
un espacio.

En la Ciudad Universitaria José Antonio Echeverría (CUJAE), donde se
estudian diversas ingenierías y otras carreras de Ciencias Exactas, el
mal estado constructivo de sus pabellones resalta por doquier. El
equipamiento de sus laboratorios es obsoleto. Y un grave problema de
espacio se les ha creado a sus administradores: ha llegado mobiliario
nuevo, pero al no poder ellos disponer del antiguo inventario de sillas,
mesas y demás utensilios, todo se acumula.

Las condiciones de los becarios, tanto nacionales como extranjeros,
siempre han sido una calamidad. Edificios de más de 20 pisos sin
ascensores, carencia de agua e higiene en los sanitarios, rápido
deterioro de tuberías, paredes y pisos por el robo sistemático de las
brigadas constructoras al reparar los albergues, etc.

No basta entonces con que el paternalista Estado designe
centralizadamente un presupuesto anual para la universidades. Estas
necesitan de mayor autonomía para diseñar proyectos que permitan el
autofinanciamiento, y una búsqueda de recursos propios que luego se
reviertan en los centros docentes. Necesitan además plena libertad
ideológica, puesto que se sigue estando sujeto a la cerrada ideología
estatal: el marxismo-leninismo permea cada carrera, desde el primer año
hasta la graduación de los estudiantes.

Cuba dice no ha reflejado en toda su magnitud los mayores problemas de
las universidades cubanas, más bien se ha quedado en la queja leve y la
gastada respuesta de funcionarios con voz pero sin voto. Tal vez por
ello, y por su sabia paciencia, el Alma Mater habanera posa de brazos
abiertos a la espera de tiempos mejores.

Source: Lo que Cuba no dice | Diario de Cuba -
http://www.diariodecuba.com/cultura/1394526954_7552.html

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